La visita del presidente checo Václav Klaus a Chile no ha sido una visita más para los medios de comunicación. Al mandatario le gustó mucho una estilográfica que tuvo ante sí durante el encuentro con su homólogo chileno así que decidió guardársela de recuerdo, lo que ha suscitado las críticas de muchos.
Pero portavoces del mandatario se apresuraron en comentar que el bolígrafo en cuestión era un presente.
Sin embargo, hay que señalar que no es extraño que uno se quede con el bolígrafo después de firmar documentos ya que lo permite el protocolo diplomático, pero quizás el presidente checo debería de haber tenido un poco más de delicadeza antes de recoger el instrumento y esperar a un momento no tan notorio para no llamar la atención de los medios y no perjudicar su imagen pública.
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