Una noticia que ha salido en la prensa esta mañana me ha hecho reflexionar sobre el papel del invitado de honor en un acto. Este hecho ha sido que Christine Ruiz-Picasso, nuera del ilustre pintor, se ha negado a inaugurar una exposición en el museo Picasso de Málaga, boicoteando el acto. Y la organización y el protocolo han tenido mucho que ver, porque esto no hubiera pasado si la organización y la comunicación del mismo hubieran funcionado de manera correcta.
En protocolo y en la organización de eventos el anfitrión y el invitado de honor son las piezas clave de la organización. Sin ellos no hay acto, por eso, su implicación y su tratamiento deben de ser cuidados con esmero. Deben de estar informados de todo lo referente al evento y los organizadores tienen que estar pendientes de lo que opinan para poder aprovecharlo en el acto.
No quiero juzgar a la Señora Ruiz-Picasso, sino hacer reflexionar sobre la importancia de nuestros invitados. Si no hubiera habido falta de comunicación el problema se hubiera solucionado. Ya han intentado remediarlo pero la imagen ya está dañada.¿No hubiera sido mejor hablar primero que actuar?
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